jueves, 30 de abril de 2009

¿Para qué está el parlamento?


La admisión a trámite en el Congreso de España de una iniciativa firmada por IU contra el Papa Benedicto XVI por sus declaraciones a periodistas sobre cómo vencer el SIDA lleva a preguntarse: ¿Para qué está un parlamento nacional en una democracia? ¿Para ser el vigía universal de la ciencia y la política mundial?
Los silencios habituales de los Parlamentos ante evidentes violaciones de los derechos humanos hacen pensar que no. Hay motivos diplomáticos de intereses comunes, prudencia, etc, que les llevan a no meterse en berenjenales como los derechos humanos en Cuba, China o Corea.
Parece además que un parlamento tendría muchos menos motivos para enzarzarse en temas científicos controvertidos, en los que no hay doctrina unánime, temas en los que difieren prestigiosos investigadores que dan lugar a una diversidad de políticas. ¿Acaso algún Parlamento ha condenado públicamente a los que dudan de los orígenes o la trascendencia del cambio climático?
Con estos antecedentes, la condena del parlamento belga a las palabras del Papa sobre el SIDA y el preservativo (basándose en un fragmento de una entrevista, desgajado y aislado del contexto) hace pensar que los parlamentarios andan sobrados de tiempo o de fobias anticatólicas. El seguidismo del parlamento español añade, a esos defectos, un profundo complejo de inferioridad, que se quiere superar demostrando que somos capaces de ser más avanzados que nadie, aún con riesgo de hacer el ridículo.
Es curioso que en los países de África, visitados por el Papa, no hubo polémica alguna por sus palabras. Quizá por eso, las antiguas metrópolis, con la arrogancia de quien piensa que las que fueron sus viejas colonias todavía no son capaces de gobernarse, se sienten en el deber de actuar. Mientras, países como Uganda siguen ganando la guerra al SIDA, siguiendo políticas en gran parte coincidentes con la doctrina moral cristiana. O el presidente de Burkina Faso reclama, igual que el Papa, la humanización de la sexualidad para vencer al SIDA.
Un cuadro sobre la proporción de católicos y de enfermos de SIDA en países de África desmontan las teorías de que seguir la doctrina católica en estos temas sea poco menos que la causa del SIDA en este continente.

jueves, 23 de abril de 2009

Mis embriones defectuosos


ABSTRACT. The wife of my brother, due to a gene, may have cancer mor probably than other people. However, she is a happy doctor, mother of 7 children. More prevention leads her to a normal life. The elimination of embryos carrying this gene is a disdain for those people.
Las autoridades sanitarias, velando siempre por el bienestar, van dando cada vez más facilidades para que se puedan eliminar a seres humanos en estado embrionario si se descubre que son propensos a enfermedades. Ahora toca a los que pueden tener cáncer. Lo cuenta El País.
Mi cuñada María es médico y madre de siete hijos. Ella y dos de sus hermanos heredaron de su madre un gen por el que tienen más probabilidad de tener cáncer que otras personas.
Transcribo una carta que ha publicado su hermana Elena en varios periódicos, y que tiene la fuerza de lo vivido.
"Escucho como gran noticia del día que dos parejas han recibido autorización para seleccionar entre sus embriones aquéllos que estés libres de un cáncer hereditario. Los embriones defectuosos se eliminarán y no nacerán.
Yo tengo tres embriones defectuosos. Son mis tres hermanos mayores.
El primero ronda los 45 años, mide casi 1,90 y, cuando éramos pequeños, mis amigas soñaban con conquistarlo. Además de guapo es muy inteligente. Ocupa un cargo importante en una importante empresa española. Tiene una mujer excepcional y dos hijos preciosos.
Mi segundo embrión defectuoso sacó matrícula de honor en el antiguo COU. Es médico y madre de 7 hijos. Es esa hermana que debería incluirse “de serie” en todas las familias: la que siempre hace favores y que, desde que falta mi madre fabricadora de embriones defectuosos, la ha relevado como generosa cuidadora de nuestro clan.
Mi tercer embrión defectuoso es jefa del departamento de inglés del colegio donde trabaja. Es tan guapa que sus alumnas la llaman “la barbie”. Tiene 6 hijos, dos de ellos adoptados. Y a ninguno de los seis les parece defectuosa.
Mis tres embriones defectuosos llevan vidas normales, conocen esa herencia genética, y tienen una política preventiva sobre su salud que les hará vivir, seguramente, largas vidas. Desde luego fecundas ya lo han sido.
Mi hermano pequeño y yo no somos aparentemente defectuosos: no tenemos la herencia genética que nos predispone al cáncer que mató a mi madre. Sin embargo enfermaremos en algún momento y también estoy casi segura de que nos moriremos. Y cuando lleguen esos momentos, enfermedad y muerte, tendremos cerca a nuestros embriones defectuosos y a sus hijos. Y daremos gracias a la memoria de nuestros padres que entendieron que todos nosotros teníamos igual derecho a vivir y que, desde el segundo uno de nuestras vidas, nos aceptaron tal como éramos, con nuestros defectos genéticos incluidos"

jueves, 16 de abril de 2009

Con 82 años y trabajando duro (82 years old but working hard)


ABSTRACT. Pope Benedict is today 82 years old but he goes on working hard. His works are his better defence.
A veces me he preguntado cuantos ancianos de más de 80 años están al frente de empresas pequeñas o medianas familiares, trabajando muchas horas cada día. Creo que serán muy pocos. La mayor parte están disfrutando de una bien merecida jubilación, con las limitaciones de salud, propias de esa edad.
Benedicto XVI, con 82 años, cumple en abril su cuarto año al frente de la institución más grande del mundo, no exenta de problemas en una sociedad muy compleja, a una edad en la que otros realizan actividades sin especial responsabilidad. Sólo ese dato dice muchas cosas a su favor. Entre su abundante trabajo están los textos que escribe para su publicación y para discursos. El Papa tiene detractores que son más aficionados a los titulares entrecomillados y glosados que a acudir directamente de las fuentes. Y precisamente leer sus escritos es una de las mejores formas que hay de conocerle y de ser justos en los juicios que se hacen de él.
Este brevísimo vídeo me gusta porque recoge al Papa que explica la doctrina cristiana a unos niños razonada y emotivamente:

lunes, 13 de abril de 2009

Libertad religiosa devaluada en Occidente (Religious freedom devalued)


ABSTRACT. In his article of Mercatornet you can read some good ideas about the problems of religous freedom in ours democracies.
Recojo algunas ideas de un artículo sobre ataques a la libertad religiosa en Occidente. Está escrito por el periodista canadiense Daniel Proussalidis y recogido en la web australiana Mercatornet
Hasta ahora vivir en un país como Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Reino Unido y Estados Unidos era una garantía de libertad religiosa. Varios ejemplos hacen dudar de esta afirmación. Fue la idea cristiana de hombre la que dió origen al reconocimiento de las libertades. Estos ataques indican que asistimos una creciente reacción contra esta idea de fondo.
Cuando se nombró a Doug Cryer, un cristiano practicante, jefe de la Oficina Inmigración y Refugiados de Canadá, la reacción de los activistas homosexuales ha sido exigir que no se le ponga en esa oficina, sino en la que regula el Trigo, donde no toman decisiones de peso, como las que afectan a las solicitudes de asilo. ¿Y por qué? Porque Cryer cometió el "crimen" de oponerse al matrimonio entre personas del mismo sexo y defendió el derecho de las confesiones religiosas a declarar públicamente que el comportamiento homosexual es pecaminoso. Y estas opiniones le inhabilitan para cargos públicos de peso. Antes incluso de que empezara a ejercer el cargo y de que se demuestrara su presunta incapacidad, se le discriminó. La parlamentaria Olivia Chow dice que Cryer, por sus creencias, no puede ser justo para atender las solicitudes de asilo de personas que reclaman la persecución a causa de su homosexualidad. (Es como decir que un funcionario homosexual no puede ser justo para atender las solicitudes de asilo de personas que reclaman la persecución a causa de sus creencias católicas, tan valoradas por los homosexulaes, como se puede ver). Es como un test de tolerancia religiosa que se pasa a las personas que buscan un puesto en la vida pública de Canadá.
Otro ejemplo, también de Canadá. El Ministro de Ciencia y Tecnología, Gary Goodyear, cometió el “grave error” de negarse a declarar que creía en la Tierra la vida provenga de formas de vida más bajas. Preguntado sobre el tema, Goodyear, dijo a un reportero que él era cristiano evangélico y que las preguntas acerca de su religión no afectan al buen desarrollo de su trabajo. El periodista comentó después que esa respuesta demuestra desconfianza en la ciencia, porque quizá sea una creacionista. Una vez más, se pone en tela de juicio la competencia de una figura pública debido a sus creencias, no por lo que hace. Y una vez más, la víctima es un cristiano. Es como decir que algunos han expresado su preocupación de que el Sr. Goodyear fuera hostil a las mujeres, porque quizás sea musulmán.
El Cardenal George Pell de Sydney habló recientemente con la Universidad de Oxford sobre la intolerancia contra los cristianos en la vida pública. Quizás su ejemplo más flagrante fue la respuesta mordaz que hubo contra los que apoyaron la Proposición 8 de California, la enmienda constitucional que cambió la legislación sobre el derecho a contraer matrimonio. Algunas iglesias fueron saqueadas y algunos que apoyaron la Proposición 8 fueron intimidados en sus lugares de trabajo. El Cardenal Pell dijo que el efecto de este tipo de ataques contra el cristianismo es despojar a los creyentes de su capacidad para hablar en público sobre cuestiones que afectan a la sociedad americana. El silencio de los medios de comunicación acerca de esa violencia en California hace más fuertes a los que intimidan a los creyentes. El prelado también citó terribles ataques anti-cristianos en su propio país, Australia. El cambio en ley del aborto en el estado de Victoria el año pasado, no sólo despenalizó el aborto, sino que ha quitado a los médicos el procedimiento para ejercer su objeción de conciencia. ¿La razón? Eso permitiría a los médicos o enfermeras imponer sus creencias sobre la mujer. En cambio, a la ley no le preocupa la presión del Estado a las creencias del médico.
Pero tal vez el peor ataque contra el cristianismo se está llevando a cabo en Gran Bretaña. Los ataques son abundantes, pero el hecho que se destaca es el de una madre adoptiva a la que se consideró no idónea para nuevas adopciones porque permitió convertirse al cristianismo a una de sus hijas a su cargo, que era musulmana. Unos meses antes de la chica pidió ser bautizada y a pesar de disuadirla de asistir a una iglesia anglicana, la niña musulmana insistió en ir. Eso fue el colmo para los funcionarios británicos. No consideraron apta a la madre para futuras adopciones por no cumplir su deber de preservar a la chica en su religión.
Pero más allá de reconocer el problema, tiene que haber una respuesta. Allí donde el laicismo intenta acabar con la libertad religiosa, deben estar sus defensores. Si el fanatismo anti-cristiano se muestra en la plaza pública, allí deben hablar los que creen en igualdad de condiciones. Como dice el Cardenal Pell "los creyentes deben denunciar estos montajes, incluso en Europa, donde hay una pequeña minoría con influencia desproporcionada en los medios de comunicación".
Hasta aquí las ideas de Proussalidis. Quiero añadir este video donde el cardenal Francis George, presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos pide públicamente que se respeten dos principios básicos e intocables, hasta ahora, en aquel país: el de la libertad religiosa y el de la conciencia personal, ya que la Administración Obama anunció hace poco que pretende eliminar la cláusula de conciencia para los profesionales (médicos, enfermeras, etc.) que trabajen en el Ministerio de Salud y Servicios Humanos (HSS), y que no quieran participar en abortos o en otras intervenciones que tiendan directamente a matar a alguien. Lo cuenta con detalle Juan José García Noblejas en Scriptor

miércoles, 8 de abril de 2009

Un elefante pro-vida (A pro-life elephant)


ABSTRACT. In the film "Horton Hears a Who" you can hear that message: "A person's a person, no matter how small." The pro-life activists find an ally against abortion. You can see it here. But, on fact, it´s a clear and simple message: the right to life cannot depend of the size.
En la película "Horton" ("Horton Hears a Who") el elefante protagonista repite como un estribillo la frase "A person is a person no matter how small" (Una persona es una persona, sin importar su tamaño).
En una entrada anterior comentaba que una niña de 12 años citaba ese cuento, para argumentar en favor del derecho a la vida y en contra del aborto en un discurso ganador de un concurso escolar en Toronto.
Aunque los productores y la familia del creador de Horton, ya fallecido, se aparten de esta interpretación pro-vida de la película, el mensaje es neto: el tamaño no importa para ser una persona y tener derechos.
Ahora que en España se está estudiando una ley para quitar el derecho a la vida a los menores de ¿12, 14 o 16? semanas, vienen bien esos mensajes sencillos. Aquí va un corte muy breve con el estribillo de la película.

viernes, 3 de abril de 2009

Leyes imposibles (impossible laws)


ABSTRACT. Governments know that they can legislate, on topics related to bioethics, laws of enforcement impossible, without an important particular social alarm. An interesting article about euthanasia in Mercatornet explains how Legalisation of euthanasia would deny the full potential of the human spirit.
Los gobiernos tienen más que comprobado que en temas de Bioética se pueden aprobar leyes de imposible cumplimiento, sin especial desgaste.
Hace unos meses Obama aprobó la investigación con células madre obtenidas eliminando embriones humanos, pero aseguró estrictos controles (algo imposible de lograr ni con cámaras de seguridad 24 horas en cada esquina de todos los laboratorios del país)
Según el Informe Hendin, al poco de aprobarse la Eutanasia en Holanda, el 60 % de los casos no eran declarados por los médicos y el 20% de los facultativos manifestaban expresamente que ellos no estaban dispuestos a hacer los informes que pedía la ley, de modo que los controles quedaban en nada.
En Bélgica, la Comisión Federal de Control y Evaluación de la Eutanasia que valoró los primeros meses de la aplicación de la ley, reconocía los límites del control de la aplicación de la ley: al final, decía, depende del respeto de los médicos a la obligación de declarar las eutanasias. Y parece ingenuo pensar que los médicos lo harán de modo que se auto inculpen.
Cuando en España se despenalizó el aborto en determinados supuestos, los requisitos enunciados en la ley y sus reglamentos, a pesar de la solemnidad jurídica que transmite el texto, no impidieron que aquello fuera un coladero del aborto libre. Es ingenuo pensar que la ley Aído, que en su fase de proyecto ha dado varios bandazos, vaya a dar con la tecla del cumplimiento estricto de la ley. Si te da igual matar un feto de 14 semanas, no te temblará el bisturí si tiene 18, 22, 24 o 36. El concepto de viabilidad fuera de la madre es algo demasiado etéreo para el que ha cogido práctica en hacer abortos y sobre todo en cobrarlos.
El efecto de “pendiente deslizante” que se da en todas estas leyes no es una consecuencia no deseada y evitable: es lo que se busca. El carácter de excepcionalidad, los supuestos, requisitos y dictámenes de comités éticos son lo pasajero, lo que sirve de medio, el peaje que hay que pagar para llegar a lo que realmente se busca: aborto libre, eutanasia a la carta o embriones en hipermercados biosanitarios.
Podemos engrosar en el número de los ingenuos o, pasar a ser integrantes de la cofradía de la vista gorda. Pero también podemos denunciar las incoherencias de estas leyes de imposible cumplimiento.