martes, 6 de junio de 2017

LOS HIJOS NO DEBERÍAN SER LOS MÁS IMPORTANTES DE LA FAMILIA

(John Rosemond, Naples Daily News, 1 enero 2017) Recientemente le pregunté a una pareja casada que tiene tres hijos pequeños, ninguno de ellos ha llegado a la adolescencia, "¿Quiénes son las personas más importantes en su familia?" Como todas las buenas mamás y papás de este valiente nuevo milenio, respondieron: "¡Nuestros niños!" -¿Por qué? -pregunté. "¿Qué es lo que les da ese status a tus hijos?" Y como todas las buenas mamás y papás de este valiente milenio, no pudieron responder a la pregunta sin apelar a las emociones. Así que respondí la pregunta por ellos: "No hay nada razonable que dé a vuestros hijos ese estatus". Seguí señalando que muchos, si no la mayoría de los problemas que los matrimonios están teniendo con sus hijos en la actualidad son el resultado de tratar a sus hijos como si ellos, su matrimonio y su familia debieran su existencia a los niños. De hecho, lo que ocurre es justo lo contrario. Sus hijos existen debido a los padres, a su matrimonio, a la prosperidad que sigue al crear una familia estable. Sin los padres, los hijos no comerían bien, no tendrían la bonita ropa que llevan, no vivirían en esa hermosa casa en la que viven, no disfrutarían de las vacaciones, etc. En lugar de vidas que son relativamente despreocupadas (a pesar del drama contrario al que ocasionalmente fabrican), tendrían una vidas llenas de preocupaciones y anhelos. Este tema es realmente el meollo de la cuestión. La gente de mi generación sabe que ésta es la clave porque cuando éramos niños, teníamos claro que nuestros padres eran las personas más importantes de nuestras familias. Y precisamente por eso eso, respetamos a nuestros padres y a los adultos en general. Sí, en Virginia, y en los Estados Unidos de América, los niños eran ciudadanos de segunda clase, y eso era para ellos una ventaja. También estaba claro para nosotros - hablo, por supuesto, en términos generales, pero exactos - que los matrimonios de nuestros padres eran más importantes para ellos que sus relaciones con nosotros. Por lo tanto, ni dormíamos en sus camas ni interrumpíamos sus conversaciones. La comida familiar, en casa, se consideraba más importante que las actividades después de la escuela. Mamá y papá hablaban más - mucho más - entre ellos que con nosotros. Al no tener tantas facilidades, nos emancipamos antes y con mucho más éxito que ahora. La persona más importante en un ejército es el general. La persona más importante en una corporación es el CEO. La persona más importante en un aula es el maestro. Y la persona más importante en una familia son los padres. Lo más importante con los niños es la necesidad de prepararlos adecuadamente para ser ciudadanos responsables. El objetivo prioritario en la educación no debe ser conseguir un estudiante número uno que sobresale en tres deportes, gana un lugar en el equipo de natación olímpico, va a una de las mejores universidades y se convierte en un cirujano cerebral prominente. El objetivo prioritario es criar a un niño capaz de aportar y fortalecer a la comunidad y a la cultura "Nuestro niño es la persona más importante en nuestra familia" es el primer paso para malcriar a tus hijos. Eso no es lo que tú quieres. Aunque tu hijo no lo sepa, tampoco es lo que él necesita.