jueves, 29 de abril de 2010

De la abolicion de la esclavitud al fin del aborto legal

De la abolicion de la esclavitud a la del aborto from Santiago Chiva on Vimeo.

De la abolicion de la esclavitud a la del aborto (2 de 2) from Santiago Chiva on Vimeo.



En el Siglo XVIII, la mayoría de la sociedad inglesa no era capaz de reconocer al hombre negro como un hombre libre. William Wilberforce logró abolir el comercio de esclavos se abolió en 1807, paso previo a la posterior acta de libertad a todos los esclavos de 1833 en todo el Imperio británico.

Recientemente he visto la película que cuenta la vida de Wilberforce, Amazing Grace, una producción británica de 2006 dirigida por Michael Apted (Gorilas en la niebla, Las crónicas de Narnia), una de esas películas que devuelve la fe en el hombre.

Esta lucha es similar a la de tantos que hoy en día, a contracorriente, defendemos los derechos del ser humano en estado embrionario o fetal, pero verdaderamente humano.

He recogido en el primer video de 5 minutos algunas claves de la estrategia de esa lucha:
- Hacer visible qué supone verdaderamente la esclavitud (o el aborto) enseñando las cadenas, los barcos donde eran amontonados peor que animales (los bisturíes, las clínicas de aborto legal)
- Recoger el testimonio de las personas que han estado en los canales de la esclavitud: esclavos libertados, capitanes de barco, viajantes, comerciantes (y del aborto: mujeres que han abortado, médicos arrepentidos)
- Transmitir a todos los aspectos de la cultura la necesidad de defender la libertad del ser humano: literatura, música, gastronomía, comercio ( y del derecho a la vida: vídeos, Internet, canciones, libros)
- Boicotear los negocios que se benefician de la esclavitud (y del aborto: ¿Cuándo veremos una empresa farmacéutica socialmente responsable que garantice que no saca ni un céntimo de euro vendiendo abotivos?)

En el segundo video se ve como deben tenerse en cuenta todos los instrumentos jurídicos posibles en la estrategia en la defensa de los derechos.

lunes, 19 de abril de 2010

La inequívoca condena de la Iglesia a los abusos a menores (frente a los devaneos del falso progresismo)


A pesar de los errores -hechos penosos- que han cometido algunas personas en la Iglesia, nunca se ha cedido en llamar pecado a lo que es pecado: la Iglesia siempre ha condenado como gravemente inmorales y dañinas las relaciones sexuales consentidas con menores y pornografía infantil.

Da pavor pensar qué hubiera pasado -no ocurrió porque Dios no lo permite- si la Iglesia hubiera cedido a las presiones de los católicos que falsamente se llaman progresistas y defienden que la moral sexual católica se relaje. Lo que faltaba: curas gays casados y divorciados predicando las bondades de la masturbación en la catequesis. Parece ingenuo así se garantizaría que no hubieramos tenido abusos.

El odio puede provocar Alzheimer moral. Y hacer olvidar que durante años muchos han defendido una liberación sexual que incluye las relaciones sexuales consentidas con menores (abusos en toda regla). Con frecuencia son los mismos que atacan a la Iglesia por estos abusos, gente que ven en teorías pansexualistas algo exótico de los 60 y 70. Lo recordaba José Javier Esparza en un excelente artículo hace un año el mea culpa (tardío) de la izquierda francesa.

Aquí van algunos datos, constatables en Internet:
- La pornografía infantil ha sido libremente accesible en las sex-shops de USA entre 1972 y 1977
- En los años 60 y 70 muchos criminólogos y psiquiatras reclamaban la despenalización de estos actos, la reducción de las penas y una flexibilización de los tratamientos para los abusadores.
- Algunos ideólogos de Mayo del 68 intentaron crear un clima de opinión favorable a las “relaciones sexuales no violentas” con niños. Una década después, este planteamiento cristalizó en una serie de propuestas disparatadas. Para los artífices de estas propuestas, el enemigo a combatir eran precisamente las prohibiciones de la Iglesia. En aquella época se libraba una batalla en particular contra la moral sexual católica porque constituía un obstáculo represivo para la emancipación de la sexualidad infantil. En concreto, Daniel Cohn-Bendit, el mítico Danny el Rojo de la Revolución de 1968, reconoció que realizó abusos a menores. Y Jean Paul Sartre firmó un manifiesto en Le Monde para liberar a tres hombres acusados de haber tenido relaciones sexuales sin violencia con menores de quince años
- Entre los Verdes, en 1985 se solicitó que se despenalizara el sexo con los niños.
La célebre editorial Deutscher Ärtzteverlag, en 1989, publicó un libro que pedía abiertamente que se permitieran los contactos sexuales pederastas
- Un tribunal de la Haya decidió en julio de 2006 que el partido pedófilo Diversidad, Libertad y Amor Fraternal (PNVD, siglas holandesas), “no puede ser prohibido, ya que tiene el mismo derecho a existir que cualquier otra formación”. Los objetivos de este partido político eran: reducir la edad de consentimiento (12 años) para mantener relaciones sexuales, legalizar la pornografía infantil, respaldar la emisión de porno duro en horario diurno de televisión y autorizar la zoofilia. El partido acaba de disolverse en 2010, entre otros, gracias al sacerdote católico Fortunato Di Noto, pionero en la lucha contra la pedofilia y fundador de la Asociación no lucrativa Meter.

Nadie pide en una bandeja la cabeza de estos personajes o movimientos que siguen mirandose con nostalgia de iconos del pasado. No ha habido ni hay ahora campañas en la prensa contra el gobierno federal de USA, los tribunales de Justicia de Holanda, o los líderes de la revolución sexual 1968. El látigo se reserva para fustigar a la Iglesia.

Hace cinco años Benedicto XVI fue elegido Papa. Tenemos un buen Papa, un Papa santo que lleva a cuestas los pecados de los demás, que soporta la injusticia y que no tiene miedo a meter la escoba para limpiar a fondo la Iglesia. ¡Gracias, Santo Padre!

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Pongo a continuación un video del papa Benedicto con los jóvenes de Malta: una vez más, la visión tremendista de la prensa que anunciaban manifestaciones de las víctimas, ha sido contradicha por la realidad. Emociona leer los testimonios de estas víctimas despúes de su encuentro con el Papa.

lunes, 12 de abril de 2010

La Iglesia es santa


Recojo este magnífico artículo de Armando Segura, Catedrático de Filosofía de la Universidad de Granada, aparecido recientemente en el diario local granadino IDEAL

Y cada día es más santa. Es como un río de fuego que devora todas nuestras maldades, por eso, es precisamente, santa porque las devora.
Luego ¿hay maldades? Sin duda, los periódicos nos las arrojan al rostro todos los días como si las maldades fueran un escándalo para el fuego devorador. ¿Cómo va a serlo si ese río de fuego, está ahí, justamente, para devorarlas?
¿Cómo explicar que la Iglesia es la asamblea de los santos que fueron pecadores o de los pecadores que luchan para ser santos? Sólo interesan las estadísticas de los que caen y a ser posible, interesa divulgar sus nombres. Nunca, se difundirán, las de los que se levanten y menos aun, se difundirán sus nombres. Un buen tema de reflexión para el “New York Times” y sus imitadores.
La Iglesia no es un poder político indirecto que utilice la estrategia de la fe para incrementar su dominio. Mal negocio comprar lo fugaz a costa de lo eterno. La letanía de los que ven negro todo lo blanco y acusan a los demás de los escándalos que ellos mismos practican y fomentan. Les parece ser hipócrita, el mantener la diferencia entre el bien y el mal a costa de nosotros mismos. ¿Prefieren que lo malo pase por bueno y lo bueno por malo?. ¿Son así más honrados?
La Iglesia llama al pan, pan y al vino, vino, aunque ese juicio recaiga sobre ella misma.
No somos tan tontos que no sepamos de la vida y de lo que hay por ahí. Son millones los que cada día se aprestan a ser mejores y se disponen a hacer sus deberes: las madres de familia, que con riesgo de su vida o de su comodidad, tienen muchos hijos, afrontando burlas y chascarrillos; los trabajadores que asumen los chistes, sabiendo que Dios quiere hacer felices a sus hijos y quiere que los dejemos nacer, los enfermos y los sanos, los capacitados y los discapacitados, los ricos y los pobres, los parados y los pluriempleados. Una sola fe un solo bautismo. Miles de creyente en todas las latitudes entregan su vida, a diario, por dar testimonio de que Cristo vive, y que la Iglesia tiene el secreto de la santidad porque guarda en su depósito, la fe en la vida eterna.
Aquí no hay ninguno santo de nacimiento pero todos somos santos porque los sacramentos de la Iglesia nos hacen santos a diario, porque nos hacen participar de la santidad de Dios.
Hablamos por experiencia. Cuando una familia cristiana tiene seis o siete hijos, o más, se escandalizan. Sin embargo, cierran los ojos, sin compasión alguna, ante el millón largo de abortos anuales en España. Si pagamos impuestos, porque pagamos impuestos, si no nos permitimos ver todo lo que nos echan porque somos anticuados, si tras muchos años de trabajo logramos algún nivel social ¿Quién sabe como ha sido? Porque lo que no reconocerán nunca es que estén equivocados y que la fe sea más luminosa que la increencia. ¿Tan difícil es, aceptar que ver sea mejor que no ver?
Casos “de libro” son los dos últimos papas. Juan Pablo II arrastra multitudes, aun después de muerto, fascina a la juventud, víctima del terrorismo, no tiene miedo, sigue con mayor fuerza cada día, porque hay un manantial en la Iglesia del que bebemos todos y que nos purifica a todos de nuestras maldades.
Benedicto XVI, desde mucho antes de ser nombrado Papa, era el blanco de todas las críticas: retrógrado, integrista, inquisitorial, oscurantista. Si calló porque encubrió, si habló porque no debió hacerlo. Este es el trato que ha merecido el intelectual más lúcido de Europa, el pontífice de doctrina más ajustada a los últimos avances de las ciencias, el hombre que está informado de la última novedad del progreso científicos, el que afronta los problemas cara a cara, el que prefiere preguntas a respuestas. No perdonan que un creyente sea inteligente, o peor aun, más inteligente; les parece una contradicción, “un hierro de madera” .
Nosotros los creyentes no tenemos miedo ni a la vida ni a la muerte porque estamos hechos en la misma fragua de otros miles, millones que ya murieron dando testimonio.
Esos médicos que, por ser fieles a su conciencia, no dispensan abortivos, nunca alcanzarán “puestos de confianza”. Esos maestros que se nieguen a enseñar los dogmas de la ideología de género, a lo que están obligados, por imperativo legal”, no gozarán de grandes destinos ni privilegios. Ni las enfermeras tendrán un puesto adecuado si no hacen la vista gorda cuando se precipite en los hospitales, la muerte a los ancianos terminales. Tampoco llegarán muy lejos los políticos honestos, los diputados decentes que no transijan con la mentira sistemática al pueblo. De ellos dirán: “no son de fiar”. Y así infinidad de casos.
Esos son la Iglesia ¡Vaya con la estrategia y el poder indirecto de la iglesia! En China, en África, en la India, en Próximo Oriente, nos echan de todas partes, nos matan a diario, nos acorralan, nos despojan de nuestras tierras y nos impiden alcanzar puestos de dirección. Así ha sido siempre en la historia universal.
Sabemos que valemos muy poco, por no decir nada, pero llevamos un río de fuego devorador. Somos felices. No es nuestro pero mana dentro de nosotros y va devorando toda la ganga de nuestras vidas, dejando sólo el oro puro y líquido de la santidad.
No lo duden, la Iglesia es santa. Lo dicen las estadísticas.
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Añado este video de la agencia Rome Reports que puede dar luces sobre cómo ha actuado la Iglesia Católica en elos últimos años en temas de abuso sexual a menores