ABSTRACT. In Spain, a judge has ordered withdrawal of a crucifix in a public school because it was annoying to a father. It has proven winner and secular French approach, against the denominational recognized in the Spanish Constitution
La sentencia que ordena retirar los crucifijos de un colegio público de Valladolid plantea de nuevo el modo de tratar el hecho religioso en los espacios públicos. La forma en que se ha planteado el tema refleja un talante poco conciliador y en mi opinión no augura una solución pacífica para conflictos futuros en otros ámbitos. En los años de democracia, pienso que se ha vivido un, llamémosle así, aconfesionalismo de rostro humano. Sin problemas de convivencia, se han respetado los símbolos religiosos que había, dejando la vida pasar. Sin pretender hacer paralelismos, voy a contar dos hechos ocurridos en una universidad pública española, que pueden servir para la reflexión.En los comedores universitarios, servicio directamente gestionado por la
propia Universidad, desde hace unos años se ofrece la posibilidad de llevarse la comida preparada a casa. El tema no surgió espontáneo, sino a petición de estudiantes musulmanes en el periodo del Ramadán. Tampoco es casual que no haya un gramo de carne de cerdo en los platos que cada día se sirven allí. Responde a una solicitud de dicho colectivo. Los hechos no han
planteado problema alguno. Solamente hace dos años, algunos estudiantes católicos pidieron que ya que todas las semanas se ponía pescado en vez de carne una o dos veces, que al menos en Cuaresma se hiciera coincidir que no hubiera carne el miércoles de Ceniza y los viernes de esas cinco semanas. El servicio de comedores accedió a la sugerencia, como no podía ser de otra
manera, teniendo en cuenta los antecedentes. Nadie se ha quejado. Sin embargo, si aplicamos el laicismo genuino, es decir, si no se hubiera tenido en cuenta el hecho religioso, no se deberían haber atendido ninguna de las dos solicitudes.
El otro hecho ocurrió cuando en una Junta de una Facultad centenaria de la
misma Universidad, un alumno planteó quitar los crucifijos de las aulas. Una
de las Catedráticas de dicha junta, dijo que si se votaba esa propuesta, debería votarse conjuntamente con otras dos que hacía ella en esa línea. Primero, que desaparecieran las fiestas de la patrona, bastante popular entre alumnos y profesores. Y en segundo lugar, que en la línea laicista francesa, que a las decenas de universitarias musulmanas que asisten a clases con velo en la cabeza por motivo religioso, se les indicara que ya no podrían hacerlo. Los alumnos que habían hecho la propuesta serían los encargados de transmitir a la asociación de estudiantes magrebíes la decisión tomada. El alumno que había hecho la propuesta de retirar los crucifijos se replanteó el tema y pensó que quizá no era demasiado importante.