jueves, 12 de noviembre de 2015

Amabilidad de un conductor de autobús

Últimamente he tenido más oportunidad de ir en los autobuses urbanos de la Rober. Siempre he admirado a la gente que atiende al público por la paciencia que requiere adaptarse al carácter imprevisible de los usuarios. Por eso me he fijado hoy en la reacción de un conductor de la línea SN1 cuando iba desde el Salón a la Estación de Autobuses y me he llevado una agradable sorpresa. He visto responder con serenidad a muchas personas, algunas de ellas mayores, que preguntan si ese autobús para en el Clínico o en la Estación; dudas que incluso planteaban a pesar de haber un cartel con letras grandes en el frontal del coche, y que obtienen un sí amable cuando yo esperaba un "¿Es que no lo ve?" de auténtica MF granadina. O el caso de una persona que llega corriendo a la parada, la espera y en vez de subir, pregunta dudas sobre otra línea diferente y obtiene respuesta del conductor y de otros pasajeros que dan su opinión sobre lo que se plantea. Podría añadir más detalles pequeños: no quejarse de otros coches que dificultan el paso, de un ciclista que conduce inseguro por el carril del autobús, etc. Todas estas cosas retrasaban un poco al autobús y por mi impaciencia me temía que llegaría tarde a la Estación. Quizá por ese motivo he sido más sensible a valorar, por contraste, esos detalles de paciencia.

Seguro que hay personas que en estas mismas circunstancias han tenido experiencias negativas pero me parece que recordar que hay gente amable es muy oportuno en un tiempo en el que se lleva más la queja y venden más las malas noticias. Pero es que además, el buen ejemplo nos recuerda que es posible hacer las cosas bien y tira de nosotros hacia arriba. Sonreír, ser amable, llevar con paciencia los pequeños defectos de los demás, entra dentro de esa lógica de la gratuidad de la que habla el Papa Francisco. Es gratis pero cuesta y por eso lo agradecemos.
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Añadido 15.XI: hoy sale en Ideal:



jueves, 9 de julio de 2015

Steve Jobs y la existencia de Dios

En la biografía de Steve Jobs escrita por Walter Isaacson, se cuenta lo siguiente:
Steve Jobs invitó a Yo-Yo Ma, un virtuoso del violonchelo. a que tocara en su boda, pero este se encontraba fuera del país en una gira. Acudió a casa de Jobs unos años más tarde, se sentó en el salón, sacó su violonchelo, un Stradivarius de 1733, y tocó Cello Suite N°.1 - Prelude de Bach. «Esto es lo que habría tocado en vuestra boda», les dijo. Jobs se levantó con lágrimas en los ojos y le dijo: «Tu interpretación es el mejor argumento que he oído nunca en favor de la existencia de Dios, porque no creo que un ser humano pueda por sí solo hacer algo así»

martes, 13 de enero de 2015

Condeno los brutales atentados terroristas de París pero... "Yo no soy Charlie" (Je ne suis pas Charlie)

Cuando ocurrió el terrible atentado yihadista el pasado 7 de enero en París asesinando a periodistas de la Revista Charlir Hebdo vi las viñetas que los medios se pusieron a difundir como acto de apoyo a las víctimas. Son caricaturas muy ofensivas para musulmanes, cristianos y judíos, y para cualquier persona que respete los sentimientos religiosos ajenos. Por eso, me llamó la atención que la reacción de solidaridad se concretara en la frase "Je suis Charlie". Enseguida pensé "Yo no soy Charlie" (Je ne suis pas Charlie) aunque condene este delito gravísimo e injustificable. Sé que los que dicen "Je suis Charlie" están llenos de buenas intenciones, de deseos de manifestar la solidaridad con el ultrajado, pero si vieran las viñetas, muchos no llevarían ese lema, porque no se identifican con esa sátira vejatoria

Creo que una Francia laicista que defienda el insulto a lo que millones de personas consideramos lo más íntimo y verdadero como si fuera la única forma de defender la libertad de expresión es un país que no entiende a sus ciudadanos y que no entiende la religión. Además parece que la libertad de expresión no debería tener límite alguno en occidente y la realidad es que no solo tiene límite sino que en algunos temas se hila fino hasta el punto de que sólo opinar educadamente sobre la moralidad de algunos actos o sobre el concepto de matrimonio supone sufrir todo tipo de ataques de colectivos, denuncias, pérdida de trabajo, etc. Si los valores occidentales en 2015 es que debes aguantar ataques a tu religión como peaje de la libertad y sufrir ataques privados y públicos por tus ideas sobre moral

Pienso en los millones de musulmanes (no en los radicales que no se atienen a razones) que detestan la violencia y a la vez miran desconcertados a los que defienden el derecho a blasfemar. Pensaba que era un bicho raro pero pasados uno días van apareciendo muchos artículos que por motivaciones de lo más variadas con las que no siempre me identifico, por supuesto (católicos, liberales, anarquistas, comunistas, musulmanes moderados, populistas de derecha radical) llegan a conclusiones iguales o parecidas, condenando siempre el terrorismo:
http://diarioelprisma.es/…/yo-no-soy-charlie-hebdo-y-me-da…/
http://www.gaceta.es/d…/catolico-charlie-hebdo-08012015-1137
http://cnnespanol.cnn.com/…/el-humor-ofensivo-de-charlie-…/…
http://www.hispanidad.com/…/hay-que-combatir-a-los-yihadist…
http://internacional.elpais.com/…/ac…/1420843355_941930.html
http://elpais.com/…/20…/01/09/opinion/1420834517_824508.html http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article79645
http://www.anarkismo.net/article/27767
http://www.thecatholicthing.org/…/09/je-ne-suis-pas-charlie/