lunes, 19 de abril de 2010

La inequívoca condena de la Iglesia a los abusos a menores (frente a los devaneos del falso progresismo)


A pesar de los errores -hechos penosos- que han cometido algunas personas en la Iglesia, nunca se ha cedido en llamar pecado a lo que es pecado: la Iglesia siempre ha condenado como gravemente inmorales y dañinas las relaciones sexuales consentidas con menores y pornografía infantil.

Da pavor pensar qué hubiera pasado -no ocurrió porque Dios no lo permite- si la Iglesia hubiera cedido a las presiones de los católicos que falsamente se llaman progresistas y defienden que la moral sexual católica se relaje. Lo que faltaba: curas gays casados y divorciados predicando las bondades de la masturbación en la catequesis. Parece ingenuo así se garantizaría que no hubieramos tenido abusos.

El odio puede provocar Alzheimer moral. Y hacer olvidar que durante años muchos han defendido una liberación sexual que incluye las relaciones sexuales consentidas con menores (abusos en toda regla). Con frecuencia son los mismos que atacan a la Iglesia por estos abusos, gente que ven en teorías pansexualistas algo exótico de los 60 y 70. Lo recordaba José Javier Esparza en un excelente artículo hace un año el mea culpa (tardío) de la izquierda francesa.

Aquí van algunos datos, constatables en Internet:
- La pornografía infantil ha sido libremente accesible en las sex-shops de USA entre 1972 y 1977
- En los años 60 y 70 muchos criminólogos y psiquiatras reclamaban la despenalización de estos actos, la reducción de las penas y una flexibilización de los tratamientos para los abusadores.
- Algunos ideólogos de Mayo del 68 intentaron crear un clima de opinión favorable a las “relaciones sexuales no violentas” con niños. Una década después, este planteamiento cristalizó en una serie de propuestas disparatadas. Para los artífices de estas propuestas, el enemigo a combatir eran precisamente las prohibiciones de la Iglesia. En aquella época se libraba una batalla en particular contra la moral sexual católica porque constituía un obstáculo represivo para la emancipación de la sexualidad infantil. En concreto, Daniel Cohn-Bendit, el mítico Danny el Rojo de la Revolución de 1968, reconoció que realizó abusos a menores. Y Jean Paul Sartre firmó un manifiesto en Le Monde para liberar a tres hombres acusados de haber tenido relaciones sexuales sin violencia con menores de quince años
- Entre los Verdes, en 1985 se solicitó que se despenalizara el sexo con los niños.
La célebre editorial Deutscher Ärtzteverlag, en 1989, publicó un libro que pedía abiertamente que se permitieran los contactos sexuales pederastas
- Un tribunal de la Haya decidió en julio de 2006 que el partido pedófilo Diversidad, Libertad y Amor Fraternal (PNVD, siglas holandesas), “no puede ser prohibido, ya que tiene el mismo derecho a existir que cualquier otra formación”. Los objetivos de este partido político eran: reducir la edad de consentimiento (12 años) para mantener relaciones sexuales, legalizar la pornografía infantil, respaldar la emisión de porno duro en horario diurno de televisión y autorizar la zoofilia. El partido acaba de disolverse en 2010, entre otros, gracias al sacerdote católico Fortunato Di Noto, pionero en la lucha contra la pedofilia y fundador de la Asociación no lucrativa Meter.

Nadie pide en una bandeja la cabeza de estos personajes o movimientos que siguen mirandose con nostalgia de iconos del pasado. No ha habido ni hay ahora campañas en la prensa contra el gobierno federal de USA, los tribunales de Justicia de Holanda, o los líderes de la revolución sexual 1968. El látigo se reserva para fustigar a la Iglesia.

Hace cinco años Benedicto XVI fue elegido Papa. Tenemos un buen Papa, un Papa santo que lleva a cuestas los pecados de los demás, que soporta la injusticia y que no tiene miedo a meter la escoba para limpiar a fondo la Iglesia. ¡Gracias, Santo Padre!

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Pongo a continuación un video del papa Benedicto con los jóvenes de Malta: una vez más, la visión tremendista de la prensa que anunciaban manifestaciones de las víctimas, ha sido contradicha por la realidad. Emociona leer los testimonios de estas víctimas despúes de su encuentro con el Papa.

2 comentarios:

CARMELITAS DZAS. DE IRIÉPAL dijo...

PRECIOSO ARTÍCULO. GRACIAS POR TU VALOR Y AMOR A NUESTRA IGLESIA SANTA Y A SU SANTO PASTOR ACTUAL, EL PAPA BENEDICTO. GRACIAS A DIOS EL ESPÍRITU SANTO SIGUE ILUMINANDO LA MENTE DE LOS FIELES.

María Amada
i.c.d.

Santiago Chiva, Granada dijo...

Gracias, Madre, porque son un pulmón para la Iglesia