
El Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (Centers for Disease Control and Prevention, CDC), aquí está la web en versión española, publicó este mes un estudio, después de entrevistar a 12.500 estadounidenses en el que se señalan algunas circunstancias (casarse a una edad madura, con alguien de la misma raza y tener hijos) que favorecen que el matrimonio sea duradero.
El estudio también aborda el tema de si es mejor vivir juntos antes del matrimonio o no y concluye que es más probable que sobreviva la relación de las personas que se casan que la de los individuos que simplemente viven juntos. Un 78 por ciento de los matrimonios duran como mínimo cinco años en Estados Unidos, frente al 30 por ciento de las cohabitaciones.
Sin entrar al fondo, es noticia que un estudio sobre el matrimonio duradero la divulgue el Centro de Control de Enfermedades. Y es que hay razones de salud pública ya que numerosas investigaciones demuestran que las personas casadas viven más tiempo y sufren menos dolencias físicas y mentales que los que no se casan. O sea, que a los organismos de salud pública les interesa, por puros motivos prácticos, que las familias sean estables.
En España, un estudio así, aunque sean sólo datos objetivos, no sería tomado en serio. Se verían intereses moralizantes. Un dato es que, a pesar de haberlo difundido EFE, en Internet sólo lo ha recogido un diario provincial. Quizá la prensa no quiera dar malas noticias a potenciales lectores divorciados. No están los tiempos para perder lectores.
En todo caso nos lleva a la conclusión de que la estabilidad del matrimonio no es algo meramente privado. Es de interés social. Por eso el estado, aunque no pueda obligar a hacer cosas a favor del bien común, sí puede favorecer a los que las hacen y difundir las ventajas del matrimonio que dura.