Siguen llegando por muchos años noticias negativas sobre la natalidad. Los nacimientos caen en España un 5%, el primer descenso en 10 años. Ahí están las pirámides de población de 2007, 2008 y la prospectiva hasta 2018; ésta última no tiene en cuenta el dato negativo de 2009 por lo que se debe aplicar un lifting al michelín.
Cuando se plantean estas noticias en los foros, los superficiales hacen fiesta: ¿por qué va a ser malo? ¿no estamos superpoblados? ¿no tenemos ya demasiados parados?
Pero los que saben de economía tienen claro lo que supone esto: seguir hablando de alargar la vida laboral para evitar la quiebra del sistema de pensiones.
Se habla de las consecuencias (menos población activa), soluciones a corto plazo (retrasar la edad de jubilación). Pero no se plantea claramente el problema: el mundo necesita niños. El silencio sobre esto es atronador. Prácticamente ninguna autoridad política en España dice que el rey está desnudo. Si las cosas no cambian, si la natalidad no repunta, tarde o temprano se desmoronará el estado del bienestar.
Incluso en época de crisis, el mundo necesita niños. No se consigue que la gente tenga hijos a golpe de talonario. Eso puede ayudar algo a algunos. Porque tener hijos para la gran mayoría de los padres y madres de familias numerosas, es consecuencia de una visión optimista de la vida, de saber que la vida es un don, de fiarse de que hay Dios que ayudará lo necesario, de la alegría de empezar con cada hijo una historia nueva de libertad en la vida.
Ettore Gotti Tedeschi (datos biográficos, en italiano) es un economista italiano que dice que
“esta crisis tiene su origen en el hecho de que hemos negado la vida, no hemos tenido hijos, o además de no tenerlos, incluso los hemos matado, y por tanto hemos reducido el crecimiento de la población por debajo de los ritmos naturales, penalizando gravemente el crecimiento económico, el desarrollo, el bienestar”Como es católico, los que tienen prejuicios lo pondrán en entredicho antes de seguir leyendo sus razonamientos. El que se considere de mentalidad abierta o al menos curiosa quizá quiera leer el artículo completo.
En este tema como en el de la energía nuclear, hay mar de fondo y el debate se va posponiendo sine die. ¿Reconocerá algún grupo con peso político este problema? ¿Habrá alguna vez en el parlamento un debate desapasionado sobre cómo mejorar las condiciones para que aumente la natalidad? ¿O seguiremos en nuestro particular Titanic, de fiesta o peleándonos, hasta chocar con el iceberg? Esperemos que haya coraje político por parte de todos para hablar
No es una cuestión religiosa, aunque tega connotaciones. En otros países como Alemania tienen menos complejos para hablar de esto. Y personas tan distintas como Julian Simon, economista judío norteamericano o el cantante agnóstico John Lennon también criticaron el miedo a la superpoblación.
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Este video de un minuto es un ejemplo (en positivo) de lo que puede significar un silencio atronador. Sir Tomás Moro aparece en esta obra cinematográfica de Fred Zinnermann como un político que quiere ser leal a su país y a Dios. Era tal su prestigio que cuando guardaba silencio, mientras no fue necesario expresar su opinión, todo el mundo, desde el rey hasta el último ciudadano culto de Europa, sabían bien como interpretar su silencio: una recriminación a la conducta de Enrique VIII. Es mártir de la Iglesia Católica y hoy se celebra su fiesta.
1 comentario:
"El Santo Tomas Moro", que describe en su pais Utopico, cientos de ventajas que tienen sus ciudadanos, entre la que esta incluida la muerte digna, para quien la desee o en casos extremos se le ayuda a morir mientras duerme para que no sufra.
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