viernes, 23 de mayo de 2008

La prostitución, la pornografía y tu familia


Brad Pitt que ya no es un chaval y tiene niños, dijo hace unos meses que no volverá a desnudarse en una película para no avergonzar a mis hijos: “No quiero estar en un aprieto cuando mis niños crezcan lo suficiente para ver mis películas”. Otro ejemplo, un tanto contradictorio, es Torrente, el personaje del cine español llamado el brazo tonto de la ley, que a juzgar por el éxito de sus películas refleja en parte lo que piensa el español medio; en su canción “Semos diferentes” opina también que todas las españolas son unas fulanas… menos su madre y su hermana, claro. Pensar en los demás, ponerse en la piel del otro, es una buena práctica para hacer muchas cosas y dejar de hacer otras. No soy fan de este actor ni del otro personaje, pero me parece que reflejan bien la regla de oro, que es el principio de actuación que nos lleva de tratar a los demás igual que querríamos ser tratados. Es algo tan básico que es rara la persona que se niega a aceptarlo. Periódicamente surge el debate de la legalización de la prostitución; personas bienintencionadas defienden que es una actividad profesional como otra cualquiera. Algunas veces he preguntado a esas personas si les parecería bien que su hija decidiera dedicarse a la prostitución, libremente se entiende, por ejemplo en algún país donde haya una mayor permisividad sin peligro de caer en las mafias. En un tema distinto pero paralelo, la pornografía, que al fin y al cabo es también sexo por dinero, les he preguntado igualmente si les gustaría ver fotos de su madre desnuda en portadas de revistas o en películas que hubiera rodado hace años. Aunque algunos responden irreflexivamente que les daría igual, si la respuesta se piensa bien casi siempre acaba siendo negativa. Y lo que uno no quiere para las personas a la que quieren, no lo desean a otros. Las prostitutas, las personas que alimentan la industria pornográfica de modo habitual o esporádico tienen padre, madre, quizá hermanas y hermanos e incluso podrán tener hijos. A los demás no sé, pero a la mayoría de las personas que le quieren, no les gusta esa “salida profesional”.
IN ENGLISH. Brad Pitt who is no longer a kid and has children, has said some months ago that never undress in a film not to embarrass my kids: "I do not want to be in a bind when my children grow up enough to see my films." Thinking in the other person, put into the skin of another, it is good practice for do many things and stop doing others. I am not a fan of this actor, but I think it reflects well the golden rule, which is the principle of action that leads us to treat others as we would like to be treated. It is something so basic that it is the rare person who refuses to accept it. Periodically there's debate legalisation of prostitution; some people argue that it is an occupation like any other. Sometimes I asked these people if they seem good that his daughter decided to engage in prostitution, freely means, for example in a country where there is greater permissiveness without danger of falling into the Mafia. In a separate but parallel, pornography, which in the end is also sex for money, I also asked if they would like to see pictures of his mother naked in magazine covers or in movies that have run for years. While some respond thoughtlessly giving them equal, if the response is almost always think about it just being negative. And what one does not want for people who want to, do not want it to others. The prostitutes, people who feed the pornographic industry on a regular basis or have sporadic father, mother, brothers and sisters might even be able to have children. The others do not know, but most people want it, do not like this "career opportunity."

3 comentarios:

Galsuinda dijo...

Te ha quedado la entrada ésta como el "Fundador", que así se llamaba en los 60 el famoso brandy que era redondo. :p

Añadiría, "tu futuro marido o mujer y demás familia política".

Ah, enhorabuena por el acontecimiento familiar de esta tarde.

Juan Carlos Herranz dijo...

No son los familiares quienes deben opinar, sino las personas que llevan a cabo la actividad, que en muchos casos no se ven abocadas por la necesidad, sino por la oportunidad de no trabajar como los demás. Que no me guste que un familiar mío haga algo no quiere decir que ese algo deba ser ilegal. Repito, debe ser una decisión de la persona, y la sociedad no es quién para porner trabas a su decisión ilegalizando nada, siempre y cuando no haga daño a los demás.

Orlando Inagas dijo...

Santiago.
Muy interesante el tema y la pregunta que planteas.
Esto se trata en realidad de un asunto moral. Lástima que hoy en día a nombre del dios del dinero la gente crea que todo vale la pena.
Salir desnudo en una película o revista: 1 millon.
Que los amigos de tu hijo se burlen de él por que tu sales desnudo No tiene precio

Saludos desde Venezuela