sábado, 29 de abril de 2017
HABLAR MAL DE LA GENTE, DIFÍCIL DE REPARAR
Una mujer fue a confesarse con San Felipe Neri acusándose de haber hablado mal de algunas personas. El santo la absolvió, y le puso como penitencia que tomara una gallina y volviera donde él desplumándola poco a poco a lo largo del camino. Cuando estuvo de nuevo ante él, le dijo:
"Ahora vuelve a casa y recoge una por una las plumas que has dejado caer cuando venías hacia aquí".
La mujer le mostró la imposibilidad: el viento las había dispersado. Ahí es donde quería llegar San Felipe.
"Ya ves -le dijo- que es imposible recoger las plumas una vez que se las ha llevado el viento, igual que es imposible retirar murmuraciones y calumnias una vez que han salido de la boca".
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