sábado, 29 de abril de 2017
NINGUNA VIDA ES INÚTIL, (FRANK CAPRA)
El director de cine explica en su Autobiografía "El nombre delante del título" el éxito de su película ¡Que bello es vivir!:
Era la película que había deseado hacer. Un filme para decirles a los cansados, a los descorazonados y a los desilusionados; al borracho, al drogadicto, a la prostituta; a aquellos tras las rejas de una prisión y a aquellos tras los Telones de Acero, que ¡ningún hombre es un fracaso!
Para mostrar a aquellos nacidos lentos de pies o lentos de mente, aquellas hermanas mayores condenadas a la soltería, y a aquellos hijos mayores condenados a trabajar sin haber conocido una educación, que la vida de cada hombre toca muchas otras vidas. Y que si él no está allí dejará un tremendo agujero.
Un filme que les decía a los oprimidos, a los empujados de un lado para otro, a los pobres: «Arriba las cabezas, amigos. Ningún hombre es pobre si tiene un amigo. Tres amigos, y eres asquerosamente rico.»
Un filme que expresaba su amor hacia los sin hogar y los sin amor; para ella cuya cruz es pesada y para él cuyo toque es ceniza; para las Magdalenas lapidadas por hipócritas y los afligidos Lázaros con sólo perros para lamer sus llagas.
Deseaba gritarlo a los abuelos abandonados que miraban con ojos vacíos en los asilos de ancianos, a los siempre entrevistados pero raras veces adoptados huérfanos mestizos, a los pobres que se niegan a morir mientras buitres médicos aguardan a arrancarles sus corazones y sus hígados, y a aquellos que reciben tratamiento de cobalto y silban... Deseaba gritar: «¡Sois la sal de la tierra, y ¡Qué bello es vivir! es un homenaje a todos vosotros!»
Y mi clase de gente vio el filme. Y tocó sus corazones, y los motivó a escribir miles de cartas, la mayoría de ellas testimonios de primera mano.
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