lunes, 4 de febrero de 2008

Le tocaba y se murió


Le envío la letra de un Rap (desconozco el autor; si alguien lo sabe, que me lo diga) que refleja con humor la obsesión con la salud de algunos a la que aludía en su carta sobre el puritanismo progre:

Se murió, se murió, se murió

Con análisis impecables,
Con los dientes fluorados, se murió
Le auguraron muchos años y murió
“Sólo descafeinado” y se murió

Con pulmones impecables,
La tensión siempre en su sitio
Y la palmó
Sin haberse contagiado,
Con el air-bag a punto
Sin tener un mal presagio,
Y ya está con los difuntos

Ni atentado terrorista
Ni accidente en la autopista,
Simplemente, se murió

No contrajo legionella
Ni sida ni salmonella;
Y murió,
Así de raro,
se murió

Con la tez bronceada
¡Y su cuenta bancaria!
Sin atisbo de malaria
Ni michelines ni papada
Sin ojeras ni arrugas
Deportista y aseado,
Se murió

Ni las tomas de yogur
Ni los kilos de yinsen
Ni el bajo colesterol
Lo evitó,

Le tocó y se murió,
Simplemente se murió

Este mundo es un misterio
Los desahuciados siguen vivos
Y los sanos al cementerio

En fin, es un alivio,
Lo sano que murió.

¡Lo sano que murió!
¡Lo sano que murió!

Publicada en Hispanidad.com el 6 de diciembre de 2006 (sin enlace en Internet)

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