martes, 19 de febrero de 2008

La familia en el cine



Tuve ocasión de ver la película Kramer contra Kramer cuando era un quinceañero, unos meses después de su estreno. Entonces en España no había ley del divorcio. Tardó poco tiempo en estar vigente una ley que pretendía solucionar los casos que se estimaban irrecuperables. La ley de entonces preveía un periodo de reflexión con la finalidad de intentar evitar esa solución. Este periodo hoy ha desaparecido y además cabe el divorcio unilateral y sin causa alguna. El divorcio no es inocuo, en especial para los niños. Presento a continuación cinco cortes del documental LA FAMILIA EN EL CINE cine realizado en 1994, Año internacional de la Familia por Alfonso Méndiz, Profesor titular de publicidad de la Universidad de Málaga. Me quedé gratamente impresionado cuando el profesor Alfonso Méndiz presentó, con un grupo de alumnos, este vídeo. Luego lo perdí de vista pero gracias a Mateo García Lobato, que había conseguido una copia que le cedió su autor, tuve oportunidad de disponer de él y de poder ponerlo en la red. Hay un capítulo introductorio sobre el poder del cine y cómo aparece reflejada en él la familia y una reflexión final a modo de epílogo. En español no había nada sobre esta película, salvo esta reflexión que precisamente procede de una hija de padres divorciados, que valoró positivamente la película. Acabo con una anédcota un poco truculenta. Según recoge el blog DIARIO DE UN PERPLEJO Pablo Echart recoge en la revista Nuestro Tiempo, junio de 2005, que Dustin Hoffman, cuando rodaron la secuencia del tribunal de Kramer contra Kramer, en un descanso se puso a hablar con la taquígrafa, que no era una actriz sino una empleada del juzgado. Hoffman le preguntó "si hacía divorcios", a lo que ella respondió: "Solía hacerlo hace unos años, pero me quemé; no podría aguantarlo más. Me encanta lo que hago ahora". "¿Qué hace?". "Homicidios. No hay comparación. Da igual lo duro que sea un homicidio. No puede compararse al dolor y a la tensión en la sala de un divorcio. Prefiero los homicidios".

A mucha gente, vivir un compromiso para toda la vida parece algo imposible. Pero podemos ver también en este mundo, a pesar de tantos otros modelos de vida, que hay muchas familias que viven con fidelidad y alegría la vida y el amor para siempre.
Para llegar a una meta en el deporte y en la profesión hacen falta disciplina y renuncias, pero todo eso contribuye al éxito, ayuda a alcanzar la meta que se buscaba. Así, también el matrimonio exige renuncias; pero esas renuncias no son algo negativo; al contrario, ayudan a vivir una vida verdaderamente humana y feliz.

5 comentarios:

Frande dijo...

Hola.

He leído algunos de tus artículos y debo decir que tu redacción está a la altura de los medios de comunicación: irrisoriamente partidista y manipuladora.

Según he ido leyendo, no sabía por dónde cogerlo: arremetes contra todo, chico. Imagino que eres un católico convencido y no me parece mal en absoluto. De hecho, lo era cuando era joven, y hoy soy de izquierdas. Considero que una cosa me ha llevado a otra, la verdad.

En tus argumentos eres incoherente: para defender algunas de tus causas pones el derecho natural sobre el derecho positivo (lo haces con el aborto, el divorcio, la objección de conciencia), mientras que para defender otras, lo haces al revés, y crees que prima la ley escrita (defiendes la religión en la escuela apelando a la Constitución y al Concordato, o atacas el matrimonio homosexual apelando a la declaración de derechos humanos). Creo que es evidente que eres religioso y lo respeto, de hecho yo lo fui -aunque no lo elegí-. Lo que me pregunto es cómo puedes necesitar tanto que los demás compartan tu opinión, hasta el punto de perder todo tipo de criterio sobre el que argumentar.

Habrá parejas heterosexuales que no sientan, en absoluto, que su contrato matrimonial se ha rebajado porque el código civil permite a las personas de mismo sexo ese mismo contrato. Habrá a quien esto le sea indiferente. Pero si piensas que la unión entre dos hombres no es tan digna como la que pueden tener un hombre y una mujer, ¿cuál es el problema? Lo importante es lo que significa para ti tu unión, si deslegitimas los matrimonios de los demás, llévalo por dentro, por fuera, o como quieras. Pero no pretendas que las leyes se guíen por tus convicciones morales, ni aunque sean las de medio millón de personas, cuando el matrimonio es un contrato entre dos personas, cuyo significado y valor sólo merece ser juzgado por esas dos personas mismas. También habrá hombres que piensen que matrimonio es que el hombre trabaje y la mujer se quede en casa, y sentirán que este tipo de unión es mejor que esas "cosas modernas" de que trabajen los dos, o la mujer salga con sus amigas cuando quiera. ¿Qué debería hacer el ejecutivo si recibe medio millón de firmas pidiendo que las mujeres casadas se queden en casa? ¿Tipificar en la ley que eso no es matrimonio, sino "otra cosa"? Pues no.

Juzga todo lo que quieras, considera que tu pareja es superior a las demás, todas las veces que quieras. Pero no esperes que las leyes que nos rigen a todos compartan tu criterio.

Frande dijo...

Ah, y te recomiendo mi blog Deshacer el género. Te va a encantar.

http://deshacerelgenero.blogspot.com

Los artículos más aplaudidos hablan de la bisexualidad, con esto digo todo.

Anónimo dijo...

Respondiendo a frande:
El matrimonio solo sería una cosa de dos (y solo podrían juzgarlo ellos dos) si esa relación no tuviera efectos en los demás. Pero me temo que del matrimonio se desprenden un montón de cosas que afectan a más personas que al mismo matrimonio (sin ir más lejos a los hijos fruto de ese matrimonio). Por tanto, tendrá que haber unas reglas más o menos de sentido común y de sentir general que las regulen. Y por ir al fondo, ya que esos padres pasarán de los hijos porque solo pensarán en ellos (en mi pueblo eso se llama "ombliguismo" y más finanmente egoismo puro y duro) habrá que arbritar una serie de garantias de cara a los efectos que el matrimonio tiene en las demás personas.

Alfonso Saborido dijo...

El católico tiene que luchar por el matrimonio todo lo que pueda, pero cuando el amor deja de existir, entonces no hay que forzarlo. Si no hay amor, ya no está Dios presente.
Nuestra jerarquía - que no la Iglesia - lamentablemente no da un ejemplo con este sacramento. Las anulaciones que da y que no se entienden - recuérdese por poner un ejemplo, Rocío Jurado y Pedro Carrasco - o casar a divorciados como la princesa Letizia, o criticar los matrimonios homosexuales, donde existe el amor, y por tanto, SÍ está Dios presente no contribuye a ser Madre ni Maestra para todos los fieles. Es una pena, pero es así.

islamreligiondepaz dijo...

Oye frande, pero te ha dado tiempo de ser joven y todo, ir al 'seminario' obligado, con 21 años. Joeeer, y además tú de izquierdas y defendiendo el 'matrimonio' (aunque sea homosexual). Pues, yo qué seré que voy por mi segunda pareja y nunca casado. Algún bicho raro seguro,

Saludos,

Kafirkafir